Desde hace unas semanas un urogallo en Redes muestra un comportamiento atípico en una especie de carácter reservado y huidizo. Este ejemplar frecuenta los espacios poblados, muestra una gran mansedumbre y confianza ante la presencia humana. Se le ha visto por las calles y prados de Nieves, Orlé, Pendones… Incluso frecuenta las orillas de las carreteras y la guardería rural muestra su temor porque pudiera ser atropellado.
Expertos de la Universidad de Oviedo y de la propia Consejería de Medio Ambiente del Principado consideran que este comportamiento es un reflejo más de la situación crítica que afronta la especie. En otras zonas donde el urogallo está en declive se producen muchos casos de ejemplares que muestran conductas extremas, bien muy dóciles o marcadamente agresivos, posiblemente relacionado con alteraciones hormonales o neurológicas.
Recordemos, en el otro extremo conductual, al urogallo de Mumián, que habitaba Somiedo y que mostraba una marcada agresividad. Acabó muriendo en abril de 2004 después de un controvertido traslado de la zona donde vivía por parte del Principado de Asturias.
El urogallo es una especie considerada en peligro de extinción. Ha disminuido en el 45% de su población en los últimos 18 años. La población de la Península no supera los 500 ejemplares y su hábitat está fragmentándose, no hallando ningún área conexa con más de 250 adultos. Una situación muy grave a la que nada podría favorecer la construcción del embalse de Caliao.
Elaborado a partir de la noticia en La Nueva España del 1 de febrero de 2007
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