Un dato: según el diario
¿En manos de quién está la gestión del agua en Asturias? ¿Por qué la ineptitud de un Gobierno y sus gestores pretenden saldarla con la pérdida del importante patrimonio natural y social que es el valle del río Caliao? ¿Quién necesita agua en Asturias? En torno al 50 por ciento del agua potable consumida en Asturias lo es por las industrias y los servicios urbanos de riegos, baldeos y mantenimiento de instalaciones. A esto hay que añadir el bastante más del 20 por ciento de pérdidas en la red de distribución por averías e instalaciones obsoletas.
Se construyen costosísimos emisarios submarinos de decenas de kilómetros para deshacernos de aguas depuradas que podrían ser reutilizadas para infinidad de procesos. Y quieren hacernos creer que lo mejor es construir una nueva presa en el Alto Nalón para que el abastecimiento de
La nueva cabeza de CADASA (en la que, por simplificar, condenso a todos los insensatos padrinos del embalse), el señor Suárez Marcos (primera impresión captada a través del programa televisivo «CQC» emitido el 24/10/07: buen siervo para tal señor), tiene que darse un poco de prisa para ponerse al día sobre los sistemas de abastecimiento urbano en la actualidad -le permitimos que empiece por el final del temario-;
Es posible que depurar, reutilizar, instalar circuitos cerrados y dobles redes de abastecimiento (reciclada y de boca), renovar redes e instalaciones para que sean más eficientes y concienciar -mediante una adecuada política de recuperación de costes- de la necesidad del un consumo responsable sean medidas «más caras» que hacer un embalse, pero son medidas rentables socialmente, de inversión en futuro, de gestión sostenible, mientras que el embalse es una opción obsoleta, propia del hidraulismo del siglo pasado, sólo rentable para quien lo va a construir y a explotar energéticamente, que lejos de ser una solución, apenas llega a ser un parche, además de provocar un gravísimo impacto ambiental en un espacio y un tiempo que ya debería estar en la senda de la conservación (los nuevos planes hidrológicos de cuenca que se empiezan a discutir deben recoger los mandatos de
Se pretende construir un embalse en base a una planificación ya caduca y sin haberse revisado los criterios de partida. Es imprescindible hacer una rigurosa evaluación de los recursos disponibles y de la gestión del agua en Asturias en los últimos diez años (por lo menos la duración del último plan hidrológico de cuenca) antes de plantearse si se necesitan nuevas infraestructuras, porque es más que probable que lo que necesitemos sea una nueva gestión.
Y ya la mentira se convierte en insulto cuando se atreve a decir que llevan veinte años intentando ahorrar agua: la única medida conocida que aprobó poner en marcha CADASA se les olvidó en un cajón y tan sólo consistía en una «recomendación de ahorro».
La jactancia de sus sinrazones empieza a desbordar el vaso de nuestra sensata y razonada oposición a su empantanado sueño. Y no se equivoquen: no sólo nos preocupa el impacto ambiental, nos preocupa, y mucho, la ineptitud de los políticos y gestores que hay detrás (que ojalá no vaya acompañada además de «marbellización a la asturiana»).
Y ya, de paso, nos gustaría saber el «precio» que tiene el valle de Caliao en todas sus dimensiones (como patrimonio natural, social y emocional de Asturias) para esta gente que piensa que la opción «más barata» es el embalse.
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