
Pero los malos presagios no se quedan en Caliao. Belén Fernández considera construir una nueva planta incineradora para 400.000 toneladas de residuos urbanos, lo que sería una de las mayores de España. Declara que los procesos de reciclado “no son suficientes” y que “hay que buscar alternativas”, cuando ninguno de los gobiernos autonómicos habidos hasta ahora ha puesto la voluntad política y los recursos necesarios para desarrollar una gestión de los residuos urbanos basada en el reciclaje: tal alternativa aún sigue sin buscarse
Afirma que “no habrá más parques naturales”, pero “sí paisajes protegidos”. Contempla crear más paisajes protegidos de los que hay, cuando existen dos espacios costeros contemplados en el PORNA como “paisajes protegidos” y que, tras más de trece años, aún no han sido declarados: uno en el occidente y otro en el oriente de la costa. Una posición que favorece a los intereses inmobiliarios que amenazan la costa asturiana y que se traduce hoy en una competición de los ayuntamientos costeros para crear suelo urbanizable para nuevas urbanizaciones y segundas residencias. Los espacios protegidos y sus limitaciones suponen un estorbo para un territorio con gran potencial lucrativo. En este entramado desarrollista el embalse de Caliao resulta imprescindible.
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