jueves, 16 de agosto de 2007

La nueva legislatura del PSOE comienza con los peores presagios

Tras las elecciones autonómicas asturianas el PSOE forma un nuevo gobierno y nombra a Belén Fernández como Consejera de medio Ambiente y Desarrollo Rural. El pasado sábado 11 de agosto la Consejera realiza sus primeras declaraciones en la prensa y anuncia sus proyectos, ofreciendo el peor presagio para el pueblo de Caliao y su entorno natural. Otros apartados de sus propuestas ambientales no son más alentadores.

El pasado sábado, 11 de agosto, la nueva Consejera de Medio Ambiente y Desarrollo Rural presenta en la prensa los objetivos de su mandato. El embalse de Caliao está entre sus previsiones, considera que “es necesario” y que “no hay alternativa mejor”, continuando la posición del PSOE asturiano en los últimos años y a pesar de los condicionantes expresados en el pasado por Cristina Narbona, Ministra de Medio Ambiente. No disimula que el estudio de impacto ambiental ocupará un lugar secundario, es así como dice que por encima de todo está el “deber de realizar una gestión responsable en el suministro del agua”. Ante esta afirmación, también parece secundario el velar por un uso y un consumo responsable del agua suministrada.

Pero los malos presagios no se quedan en Caliao. Belén Fernández considera construir una nueva planta incineradora para 400.000 toneladas de residuos urbanos, lo que sería una de las mayores de España. Declara que los procesos de reciclado “no son suficientes” y que “hay que buscar alternativas”, cuando ninguno de los gobiernos autonómicos habidos hasta ahora ha puesto la voluntad política y los recursos necesarios para desarrollar una gestión de los residuos urbanos basada en el reciclaje: tal alternativa aún sigue sin buscarse

Afirma que “no habrá más parques naturales”, pero “sí paisajes protegidos”. Contempla crear más paisajes protegidos de los que hay, cuando existen dos espacios costeros contemplados en el PORNA como “paisajes protegidos” y que, tras más de trece años, aún no han sido declarados: uno en el occidente y otro en el oriente de la costa. Una posición que favorece a los intereses inmobiliarios que amenazan la costa asturiana y que se traduce hoy en una competición de los ayuntamientos costeros para crear suelo urbanizable para nuevas urbanizaciones y segundas residencias. Los espacios protegidos y sus limitaciones suponen un estorbo para un territorio con gran potencial lucrativo. En este entramado desarrollista el embalse de Caliao resulta imprescindible.

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